31 de enero de 2011

Amor y Psique


Como un vaso roto metido en una bolsa de plástico.

Así suenan las promesas que nunca serán cumplidas. Así van, poquito a poco, rompiendo el material que las contiene. Destruyéndose a sí mismas y a quien, un día, tuvo la esperanza de creer en ellas.

Es humillante que alguien te jure algo, como se le promete a un niño de siete años que todo irá bien, con una suave caricia en la mejilla. Con una sonrisa que dulcifica la bofetada recibida. Que te diga que no volverá a pasar, como si en realidad le importaras un poquito, como si en realidad quisiera que todo volviera a ser perfecto, si es que alguna vez lo fue. Es humillante porque sabes que no tardará en volver a romper vasos que apestan a colillas, a whisky y a cobardía contra tu puerta. A estallarte los cristales en la cara. A sangrarte el sentimiento un poquito más.
Y tú irás, poquito a poco, recogiendo todo lo que colocaste en las estanterías de la habitación que nunca tuvisteis, desapareciendo poco a poco de sus sueños, en una huída silenciosa. Escapando convertida ya en sombra.

No hay comentarios: