19 de septiembre de 2008

Vivía en un bolsillo

“Paseaba con ella escondida en el bolsillo de su camisa. De vez en cuando, la traviesa saltaba, se escondía, y corría como loca por los jardines. Cansado de sus escapadas un día la encerró en el pequeño cajón de su mesita de noche. Pero ella creció, creció, creció... y el cajón quedó hecho pedazos. Dicen que por las noches se cuelga de los balcones, se sienta en las barandillas para rodearse de flores, y llora por aquél que no la supo cuidar. Durante el día pasea por tus calles, camina por los campos, y se ríe de la gente”.