8 de diciembre de 2008

Mi mejor error

Es como cuando todo te dice que estás equivocado y sin embargo sigues aferrado al mismo error, como si fuera el único camino transitable, como si no hubiera nada más allá. No sé si me explico. Lo siento, pero es que no debería seguir aquí, maquillando sentimientos como si fueran la respuesta a algún tipo de equilibrio racional. Y no puedo vivir de emociones domesticadas, compréndelo. Compréndeme.

En realidad es el hastío de las mismas melodías: Discutiendo similares palabras, una y otra vez. Una y otra vez. Enredando los insultos en nudos infinitos, apretados y llenos de piojos. La aberración de amor sube como la espuma y estalla. Es así. Grita, vuélvete loco. Corre, corre, corre...

Va siendo hora de hacer la maleta, ¿no crees?.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando el "error" es como lo describes y, además, sabes que lo es... incluso hasta deja de importar hacer la maleta o no. Lo que importa es salir cuanto antes...

Nunca lo había visto así, pero sí, los insultos son como nudos muy apretados y llenos de piojos imposibles de erradicar...


P.D. Siempre me dejas tan pensativa y me haces darle tantas vueltas a tus palabras... ¡me encanta! :P

Un besito!

Ladrón de mandarinas dijo...

Me gustaron las citas que tienes sobre la lectura en el margen del blog. Te dejo otra que, si bien no cuenta con una firma prestigiosa, no puedo sino compartir -por eso de que es mía-: los libros no abandonan, pero tampoco abrazan.