Tienes un limón en la boca,
ácido, y de amarga corteza.
Tienes algas en los ojos,
quietas, en lecho de muerte.
Por poco olvido en el portal
el odio que vierten tus pasos
el deseo de paz difunta y mansa
que me empeño en atravesarte.
Que me agarro a tu garganta
y no me suelto hasta quedarme
desnuda frente a tu alma rota
y el sol ardiendo entre mis manos.
Por poco olvido junto al balcón
la lengua mordaz siempre a punto
entre tus dientes y que me muerde
cruel cuando el dolor me pierde
y dejo de ser yo.
Quiero acordarme, ahora, del tú que no supo cuidarme.
y volver a ser yo.
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