... Si te soy sincera diré que en realidad me daba igual haber dormido poco o nada. Lo que quería era seguir sintiéndote abrazado a mi. Mientras, a las puertas de nuestro pequeño mundo no ha parado de llover, y me ha gustado tanto esa sensación que he detenido el tiempo, en silencio, para no despertarte. Sólo mi tiempo es mío. Y son malditas las horas de la distancia. Afuera sigue lloviendo, y ahora nuestro mundo está mojado porque no nos tiene, ni a ti, ni a mi... Malditas las horas de la distancia. Lejos...
1 comentario:
La distancia nunca es buena compañera.
Y a veces distancia ya son "simples" 30 centímetros de separación...
PD: Sí, las fotos son mías, te respondí en mi blog de todas formas, gracias.
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